jueves, octubre 11, 2007

Instantáneas de octubre

I. De Huauchinango a Súper Huauchinango

De acuerdo a los rumores y a lo que puede observarse a simple vista, Huauchinango se prepara para dar un pequeño salto adelante que lo convertirá de un asentamiento con rasgos semi-urbanos a uno más semi-urbano.

Desde hace algunos días se ha observado la presencia de maquinaria pesada y trabajadores de la construcción en un predio ubicado en la entrada de la colonia El Paraíso. El motivo –se dice—es la edificación de un nuevo establecimiento comercial, de un súper. Pero, a diferencia de los que ya han proliferado con anterioridad, éste será uno de las grandes ligas.

Por otra parte, al parecer existe la inquietud de montar un conjunto de negocios más sofisticados en uno de los accesos a la ciudad. Tomando como referencia lo que se ha hecho en la capital del estado, se especula que el objetivo es contar con algo a la altura de los nuevos tiempos en términos de tiendas, productos y servicios. En pocas palabras, de tener de una especie de mall regional.

En algunos textos anteriores he mencionado la necesidad urgente de descentralizar el centro. Es decir, de que algunas de las múltiples actividades que tienen lugar en Huauchinango salgan del primer cuadro, por ejemplo, los trámites ante el Ayuntamiento, la realización de transacciones bancarias, la adquisición de combustible en la estación de servicio, el paseo dominical en las orillas de la Plaza Mayor y la compra del diario.

El sostenido crecimiento poblacional observado en la zona ha hecho que, más que un buen deseo, esto se convierta en un imperativo. De acuerdo con las cifras más recientes del Consejo Nacional de Población de la Secretaría de Gobernación, en 2006 Huauchinango tiene 90 mil 742 habitantes. La proyección sobre su evolución demográfica señala que para el próximo año habrá 91 mil 412, para 2010 93 mil 290, para 2020 98 mil 395 y para el ahora muy lejano 2030 se alcanzará la cifra de 101 mil 096 huauchinanguenses.

Una solución viable a este problema es la creación de polos alternos de desarrollo a través de la incorporación de establecimientos comerciales ancla, es decir de aquellos que acercan servicios indispensables y que disminuyen la necesidad de traslado de la población. Los mismos que, frente a la urbanización y la complejidad de las relaciones sociales, representan una opción para amainar el tráfico, aprovechar el tiempo y diversificar la oferta comercial.

En este sentido, la construcción del nuevo supermercado puede considerarse una respuesta lógica frente al fenómeno. A pesar de que su presencia tendrá un efecto avasallador sobre los pequeños negocios abarroteros ya existentes, será una alternativa para la adquisición de víveres de los habitantes de la zona de la ciudad que más ha crecido en los últimos años, es decir de aquellas colonias aledañas a la universidad y al bachillerato tecnológico locales.

Sin embargo, es inevitable plantearse una pregunta. ¿No sería recomendable también buscar inversión para montar industrias y fábricas en la ciudad?

Esta inquietud la he oído repetirse generación tras generación en la ciudad. Al parecer, existe un consenso mayoritario en que uno de los principales déficits de Huauchinango es la ausencia de una o varias empresas que den empleo a la vasta mano de obra semi-calificada y calificada que existe en la región. Algo que sirva para aprovechar el extenso número de escuelas en el municipio y que reduzca la necesidad de emigrar a otras ciudades y a Estados Unidos para buscar fortuna.

Tener un súper Huauchinango no está mal. Es un paso más a la modernidad de manera simbólica. El punto es que puede volverse un espejismo: quizás haya muchos lugares disponibles para hacer el shopping, pero no suficientes fuentes de trabajo para ganar la plata que permita llenar el carrito.

II. NRDA

Un uso y costumbre nacional –incluyendo la región norte de Puebla—consiste en llegar tarde y mal a los tiempos modernos. Esto ha sucedido en la mayor parte de los aspectos de la existencia. Mientras en las ciudades vecinas ya disponían de sistemas de televisión por cable para observar partidos de fútbol europeo, lo que había en nuestras pantallas eran los Tiburones Rojos de Veracruz y Bazar del Hogar con Joe de Lara (por decir algo).

Sin embargo, el asunto que ahora nos ocupa es la emergencia de centros nocturnos en los que la entrada se encuentra restringida por diversos criterios. Este fenómeno no es nuevo, claro. De hecho, los efectos que ha producido en Puebla y la Ciudad de México han propiciado debates que lo mismo han adoptado el disfraz de sesudos análisis académicos y sociológicos, que de simples cotilleos propios de la prensa del corazón.

Ahora ha arribado a Huauchinango para deleite de muchos y sorpresa de otros. El punto a destacar es el carácter inédito del asunto. Algo que tendrá efectos tanto en la sociedad como en las autoridades. En algunas ciudades ya se ha legislado con el fin de regular el comportamiento de estos sitios, en especial para acotar el racismo y la discriminación que fácilmente pueden generarse en sus accesos. En otras los propios jóvenes han dado la espalda a esta clase de establecimientos alegando no estar dispuestos a soportar el trato que les dan.

Lo que veremos en Huauchinango será todo el proceso desde el inicio del mismo. Algo interesante, sin duda.

III. Lost mexicanos

Los escaladores extraviados en el Himalaya y los pescadores de San Blas que supuestamente estuvieron nueve meses a la deriva en el Pacífico nos demuestran una sola cosa: que los mexicanos andamos perdidos.


El Guardián, octubre 28, 2006.

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