jueves, octubre 11, 2007

La seguridad en Huauchinango

Desde hace unos meses la seguridad pública se ha mermado en Huauchinango. De hecho, si miramos atrás nos daremos cuenta de que este fenómeno no es nuevo. Recuerdo perfectamente los comentarios que los visitantes y los propios habitantes del municipio que habían emigrado hacían al volver a la ciudad: se puede caminar a cualquier hora por las calles sin problemas. Sin embargo, las cosas han cambiado poco a poco. Y ahora algunos de nuestros hábitos y costumbres se están modificando para convivir en el día a día con la inseguridad.

Revisando la hemeroteca de El Guardián lo que salta a la vista es el paso de una delincuencia administrable, típica de poblaciones medias, a una de características más sofisticadas. Si antes los casos recurrentes eran robos aislados, trifulcas callejeras o faltas administrativas, ahora se acercan más a las prácticas que podemos asociar con el crimen organizado.

Uno de ellos ha sido el de una supuesta banda de ladrones cuyo modo de operación consiste en investigar los movimientos de las personas en sus domicilios para, de esta forma, saber si es posible cometer asaltos a casas habitación. En un número anterior de este diario apareció una inserción de la policía municipal en la que reproducían la simbología que, presumiblemente, utilizan estas personas para señalar sus próximos golpes.

Más allá de que esto sea verdad o no, el hecho duro es que este tipo de noticias, aunadas a los casos reales de robos y asaltos, han ido deteriorando la calidad de vida en la ciudad. Y esto no sólo atañe a aquellos que han padecido la inseguridad en sus casas, sus comercios o en su propia persona, sino a todos los habitantes de Huauchinango. La pérdida de la inocencia no suele ser un paso fácil en la vida de las comunidades, mucho menos cuando en ello va dejar atrás la imagen de un pueblo tranquilo y seguro.

Para abordar este tema pueden ubicarse dos fases o etapas: una preventiva y otra reactiva. En la primera se identifican los aspectos sociales que potenciarían el incremento de la delincuencia para inferir en ellos antes de que surjan. En la segunda se aplican acciones concretas para enfrentar un problema que amenaza con expandirse y salirse de control.

Dadas las circunstancias reportadas por los medios de comunicación, Huauchinango se encuentra en una fase intermedia, es decir donde se deben llevar a cabo medidas de ambas etapas.

En la fase de reacción tenemos la detención y procesamiento de el o los grupos organizados que ya están cometiendo delitos en la región. Esto contendrá su avance y, sobre todo, inhibirá que su ejemplo se propague, lo que podría motivar que nuevas organizaciones criminales se formen y actúen por imitación dada la baja posibilidad de que sean castigados.

Dentro de la prevención encontramos una amplia cantidad de medidas a aplicar tanto por los habitantes como por las autoridades. Entre las que considero más importantes están la mejora del alumbrado público en la ciudad, la profesionalizació n de los cuerpos policiales y el fomento hacia la creación de empleos en la región.

La delincuencia no debe observarse como una de las facturas que las sociedades tienen que pagar por su ingreso a la modernidad. Este fenómeno siempre representará un riesgo de fractura social que, en el mediano y largo plazos, puede amenazar no sólo a la gobernabilidad sino a la convivencia entre las personas.

Post Scriptum

El próximo miércoles 24 de enero se realizará la Ceremonia de Entrega del Premio IAPEM, Tradición y Excelencia, en el Palacio del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de México.

Convocado por el Instituto de Administración Pública del Estado de México, el certamen reconoce a las investigaciones que contribuyan a elevar el nivel académico y científico de la administración pública. Para dar certeza participan instituciones como la Universidad Autónoma del Estado de México, el Instituto Nacional de Administració n Pública, El Colegio Mexiquense, la Universidad Nacional Autónoma de México campus Acatlán y el gobierno del Estado de México.

En la edición 2005 del Premio IAPEM el autor de estas líneas ha obtenido la Mención Honorífica con el trabajo El Gestor Municipal, ¿nuevo actor, viejos problemas?, del cual se han publicado algunos fragmentos en este mismo espacio.


El Guardián, enero 20, 2007.

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