lunes, octubre 22, 2007

Elecciones y medios de comunicación

Los comicios para elegir al nuevo alcalde de Huauchinango están a la vuelta de la esquina. En menos de 30 días sabremos el nombre de aquellos que tendrán bajo su responsabilidad la conducción del municipio durante los próximos tres años. Los que no estamos en la ciudad, pero que nos interesamos en ella, hemos seguido el desarrollo de la competición a través de los medios de comunicación disponibles. ¿Qué consideraciones hay al respecto? Veamos.

La cobertura ha mostrado, en términos generales, altibajos. Los medios estatales en línea suelen dedicar, tal y como tradicionalmente ha sucedido, un espacio acotado a lo que sucede más allá de la capital de la entidad y su zona conurbada. Este fenómeno me ha llamado la atención desde siempre. La Sierra Norte ha vivido, en mi opinión, un cierto desarraigo de quien debe ser su referente político y administrativo inmediato, es decir de la ciudad de Puebla.

Lo anterior se puede ejemplificar con lo que experimentamos en términos de oferta televisiva hasta antes de la entrada del servicio satelital y por cable. En Huauchinango no se veían los telediarios de la capital estatal, aquellos que, en teoría, debían mostrar cierto interés por lo que sucede en la demarcación. Lo que había era un caudal de noticias, pero de la entidad vecina, es decir de Veracruz. Por años nos enteramos más de lo que ocurría en Paso del Macho o en Paso de Ovejas, pero no de los asuntos públicos de los municipios colindantes.

Al parecer, esta situación ha variado poco en los últimos tiempos. A pesar de que ya existe una mayor cobertura de los acontecimientos de la zona por la existencia de más medios y por el uso de internet, éstos suelen limitarse a la época electoral o a la presentación de notas policíacas o atípicas.

Por otro lado, un aspecto que destaca es que, de las notas que se pueden consultar en los principales diarios en línea del estado, la mayor parte de ellas enfatizan los conflictos y las diferencias (las cuales son noticia, claro), pero minimizan la presentación de las propuestas (si es que las hay, claro) de las planillas que compiten por el ayuntamiento.

En efecto, en las semanas recientes los lectores nos hemos podido enterar de las acusaciones que se han cruzado los candidatos, de las diferencias al interior de los partidos y de las alianzas que han formado, de algunos brotes de violencia durante los actos de campaña, de los acontecimientos de color durante la visita de Andrés Manuel López Obrador a la Plaza del Ayuntamiento, pero… poco o casi nada se puede saber de lo que piensan hacer los aspirantes cuando arriben al cargo.

Esto puede sonar a un lugar común y una expresión políticamente correcta. Sin embargo, estoy convencido de que también se trata de una duda legítima. Por ejemplo, ¿cuál es el plan de trabajo de los competidores?, ¿qué están planeando realizar para solucionar problemas como la inseguridad, el ordenamiento urbano, la recolección de la basura, la atención a las comunidades indígenas, entre otros temas?, ¿a qué personas están considerando incluir en sus equipos?, ¿cómo se abordará la mejora de la administración pública local?

El hecho de que estos temas no ocupen lugares privilegiados en los medios no significa que no existan (aunque tampoco garantiza que sí los haya). El punto a destacar es que, aunado a la presentación de notas que den cuenta de los peculiares elementos de folklore que rodean a una elección municipal, sería conveniente que los lectores tengamos mayores instrumentos de decisión antes de emitir el sufragio, lo cual pasa, de manera forzosa, por la presentación de las plataformas electorales de los partidos.

La importancia de los medios de información, tanto impresos como electrónicos, es crucial en el desarrollo de la vida pública. Su función es insustituible en lo que respecta a la formación del sentido común de la población y en su papel de arena de debate de los asuntos comunitarios.

El politólogo norteamericano Robert Dahl puso en claro el tema: una democracia fuerte requiere ciertos arreglos, prácticas e instituciones políticas, entre las que se encuentran la libertad de expresión y las fuentes alternativas de información.

En la medida en que tengamos medios consolidados e independientes la calidad de la discusión de los asuntos políticos se incrementará. Se trata de un ideal que no debe dejar de perseguirse.


El Guardián, octubre 20, 2007.

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