Hace una semana se presentó el libro Huauchinango haciendo su historia (INAH, 2006) en la Sala de Conferencias del Sindicato Petrolero. El acto fue un éxito. La asistencia de los huauchinanguenses fue notable. A pesar de la lluvia que nos acompañó toda la tarde, la Sala estuvo llena y, de hecho, se podía ver gente parada en los pasillos y las entradas. Todo un muestrario de la ciudad reunido en el lugar. Por ahí estaba el párroco, por allá la socialité de la región, más acá la juventud culturosa. Pero también estaban las amas de casa, los comerciantes, el ex alcalde, la gente de todos los días, algunos grupos de huapango y edecanes procedentes de comunidades del municipio ataviadas con sus trajes típicos. La convocatoria tuvo una gran respuesta y se apreció en la calidez de la presentación.
Al respecto, no debe perderse de vista que este tipo de actos no son muy comunes en Huauchinango. Si a esto agregamos el hecho de que lo que se presentaba era un libro sobre el pueblo, tuvimos los ingredientes necesarios para generar un acto que será recordado a futuro.
El primero en tomar la palabra fue el representante del INAH en el estado, Víctor Hugo Valencia, quien resaltó la importancia del libro para la vida comunitaria. Margarita Alegría, profesora de la Universidad Metropolitana, analizó el contenido del mismo desde una perspectiva académica-literaria. Víctor Florencio Ramírez, profesor del CBTis 86, leyó un muy buen texto en el que invitó a todos los asistentes a comprar, leer y comentar el documento. Jacinto Rodríguez, periodista de la revista Eme Equis, destacó la resistencia al olvido que esta clase de trabajos puede fomentar. Finalmente, Lesly Mellado, periodista de La Jornada de Oriente y una de las coordinadoras de la obra, hizo un breve recuento de las motivaciones del libro, pero tuvo que dejar la palabra a Valencia con el fin de dar el cerrojazo a la presentación debido a que la emoción estuvo a punto de hacerla flaquear.
Si los autores ya habíamos sido bastante mimados durante el acto, nuestros quince minutos de fama llegaron al final. Justo cuando se clausuró el acto y estábamos listos para atacar las viandas y el aguardiente de piña dispuesto para la ocasión, nos encontramos con que una buena cantidad de personas estaban a nuestro alrededor buscando una dedicatoria. Quince minutos de fama que se extendieron hasta la media hora. Algo bastante generoso por parte de los asistentes y que, desde esta columna, agradezco de nuevo.
Por cierto, no está por demás mencionar el detalle anecdótico de la noche. Casi al concluir, dos personas pidieron la palabra a Valencia. Una vez frente al micrófono comenzaron a leer una especie de diploma en el que la Unión de Comerciantes (o algo así) otorgaba un reconocimiento a los coordinadores. Luego de decir “atentamente, tres de junio de 2006” (es decir, quien firmaba no era una persona física o moral sino el propio día tres de junio), ambas personalidades renombraron a las instituciones convocantes.
Así, en lugar de CONACULTA dijeron CONACUTLA y el INAH fue sustituido por el nuevo INAHÍ. Por supuesto, esto dio origen al solaz entre los asistentes. Lo más comentado ha sido que ese nuevo término, es decir Conacutla, ya es una junta auxiliar de algún municipio poblano (Conacutla, Pue.) y que significa “Lugar por donde pasaron los culturosos”, o bien, “Lugar cercado de culturosos”.
El debate 06/06/06
El segundo debate presidencial se realizó el día en que la conjunción de los números daba connotaciones cabalísticas. El 06-J pudimos observar a los cinco candidatos a gobernar este país durante los próximos seis años en un mismo sitio presentarnos sus propuestas y argumentos.
De este acto se han desprendido diversos análisis y conclusiones. Sin embargo, considero que dos destacan entre los demás. Por un lado, que la posición en tercer lugar del PRI en los resultados finales se confirma cada vez más. La presencia de su candidato, la importancia que los punteros le otorgaron al mismo y la fuerza de su discurso en la opinión pública hacen pensar que, si no ocurre nada verdaderamente extraordinario en los próximos 21 días, la suerte estará echada para esta organización. Algo de llamar la atención para un partido que, hasta hace pocos años, era prácticamente imbatible en esta clase de contiendas electorales.
Por el otro, que el formato utilizado en los cuatro debates presidenciales realizados desde 1994 a la fecha ha caducado. Es decir, la dinámica que se ha preferido ya no es útil para el contexto actual. Si al principio las reglas establecidas supusieron el respeto a condiciones mínimas de equidad e inclusión, en la actualidad esto ha quedado superado por la necesidad de contar con verdaderos debates y no sólo con un determinado tiempo para exponer frases hechas y posiciones corporales estudiadas.
Como pudo observarse, el interés se concentró en los candidatos del PAN y de la Coalición por el Bien de Todos. Sin embargo, no pudo apreciarse un verdadero intercambio de ideas entre ambos debido a que el formato lo impide por el limitado tiempo disponible, así como por la interrupción que genera el hecho de ceder la palabra a los demás. Así, una de las conclusiones es que, en el futuro, no sólo deberán existir encuentros entre todos los candidatos, sino también entre aquellos que por su posición o interés sea viable.
Aunado a lo anterior, y considerando lo que ocurre en democracias consolidadas, la dinámica deberá propiciar que los contendientes puedan estar frente a frente y que su participación sea continua con el fin de responder en el momento a las acusaciones, para refutar los argumentos del oponente, así como para sostener con ideas y datos duros sus propuestas.
Un año de El Valle de los Caídos
Con esta entrega se cumple el primer aniversario de la existencia de este espacio. El 11 de junio de 2005 El Guardián me permitió comenzar a publicar una columna semanal en la que pudiera abordar temas de interés general. Agradezco a Leticia Ánimas su apertura, así como su confianza en este tiempo. Por supuesto, también a los lectores, razón final de todo este trabajo.
El Guardián, junio 10, 2006.
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